
Aquella historia contaba el peligro que acechaba aquella tierra, cuando el árbol de Mana estaba en peligro y necesitaba el poder de las ocho semillas para recuperarse. Nuestro personaje arranco una espada tras caer por una cascada, en esa espada residía un espíritu, y al desclavarla libero un poder encerrado.

Ahora no puedo dejar de añorar aquellos tiempos, aquel enemigo con el que me pase tres meses atascado del todo. Espero que este nuevo juego para DS sea al menos la mitad de bueno.
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