El sábado comenzaba el viaje que tanto tiempo estuvimos esperando. A eso de las 4.50 de la mañana del sábado, ya me encontraba en el aeropuerto del Prat esperando, aunque el vuelo no salía hasta las 7.50, no quería retrasarme ni mucho menos, y además no podía estar tranquilo.
En cambio mi compañero Chuck, se hizo tardar un poco, y apareció una media hora más tarde por allí. Tras acercarnos a la ventanilla de facturación de maletas de Air France Chuck tuvo su primer susto, su gran maleta pesaba ya 26 kilos, cuando lo permitido son 22, a lo que la chica le dijo que esta vez pasaba pero que para al vuelta la llevara más vacía o le tocaría pagar, mientras que la mía era la mitad. Así dejamos atrás nuestro equipaje que no lo veríamos hasta llegar a Narita.
Lo siguiente fue despedirse de la famita que por dos semanas se iban a quedar tranquilos. Fuimos al control de metales, donde se repitió lo del cónsul, y es que a Chuck le gusta que le pite el detector ese xD. Al pasarlo nos fuimos a la puerta de embarque donde estuvimos esperando una hora larga, y donde pudimos ver las primeras japonesas del viaje.
A eso de 20 minutos antes de la hora paso a buscarnos un bus para recogernos y llevarnos hasta las escaleras para subir al avión, un 318, el modelo no creo que sea de los mejores, era bastante pequeño e incomodo, sobre todo si te toca el asiento del medio. Es lo que me toco a mí, mientras que a mi izquierda estaba Chuck situado junto al pasillo, y a mi derecha una chica maja pero algo dormilona.
A la hora de despegar nos sorprendió algo, para mi era la primera vez, y bueno Chuck tampoco es que sea muy dado a los vuelos, así que es normal. Durante el vuelo nos sirvieron un desayuno compuesto por un briox, croissant, algo de queso de la marca president, mantequilla, y un chocolate o café como el personal deseara. Tras dos horas, que se hicieron bastante largas al fin aterrizamos en el aeropuerto de Charles de Gaulle, el cual estaba repleto de niebla, y en el descenso no vimos tierra hasta que las ruedas lo tocaron.
La conexión de un avión con el otro fue bastante dura, y es que en Francia fueron muy rigorosos con los controles, aparte de los pocos efectivos que tenían a esas horas para aceptar un gran número de pasajeros de diferentes vuelos, lo que formo unas grandes colas. Allí volvimos a superar otro control de metales, mucho más intensivo que el de Barcelona, ya que a algunas personas les obligaban a quitarse el calzado, y después cacheaban a todos los que pasaban, de eso no se salvaba nadie, tras eso tocaba revisar las bolsas de mano, que como tiene poca cosa…menos mal que solo la vieron un poco por encima, porque como la llevaba de cargada como para sacar todas las cosas.
Al superar los controles fuimos al lugar donde se embarcaba para el siguiente vuelo, y mientras mi compañero se separo un momento de mi, vi a un grupo que saludaban a lo lejos haciendo otra cola para el mismo vuelo, que creo que eran los españoles del foro de portaljapon. Menos mal que la espera no fue muy larga, y pronto estuvimos dentro del bus que nos llevaba al avión, donde al bajarnos impedían a todo el mundo que hicieran fotos al avión, un Airbus A343, el caso es que Chuck no atendió a las indicaciones y se puso hacer fotos, a lo que vino una azafata pidiendo que borrara esa foto, y nombro al grupo terrorista y todo eso, pero Chuck al final no la borro. Una vez subidos estábamos algo aburridos, la pantalla de enfrente por el momento no ponía nada, tan solo estaba encendida la cámara de vuelo.
Al
final el avión salio con algo de retraso, pero por suerte en este tramo
del viaje, el más importante, estaríamos bien colocados en el avión, yo
en la ventanilla y Chuck al lado del pasillo. El transcurso del viaje
podemos decir que fue mas llevadero, gracias a la pantalla de enfrente
de cada asiento, donde nos ofrecían diferentes películas, como Nacho
Libre, canales con música por temas, documentales, juegos, etc, además
de los aperitivos, la comida, en general, todo lo que ofrecían estaba
bastante bien. Encima teníamos buena compañía, a la derecha de nosotros
teníamos a dos japonesitas muy majas que luego en el aeropuerto se
fijarían de alguna forma en nosotros, sería por andar perdidos? xD
Tras muchas horas de vuelo llegamos a destino, el país con el que tanto tiempo he soñado en ir, no me lo podía creer, pero todavía me encontraba en suelo internacional. Tras rellenar el papelito que te dan durante el vuelo en el avión y entregarlo en inmigración, y después a buscar nuestras maletas, que menos mal que estaban allí, eso si algo maltratadas. Así con ellas en mano nos acercamos al ultimo control donde había uno hombre que nos pidió el pasaporte y nos dijo “I love Spain”, pero como no estaba muy bien como para entender no lo pille en el momento, así que nos mostró una carpeta con dibujos de armas, y diferentes utensilios prohibidos, y tras confirmar que no, nos dejo salir. Así es como llegamos a Japón.
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