Cada día nos depertabamos antes, la pasada noche tuvimos problemas para
dormir, los nuevos peregrinos no estaban dados a la convivencia de la
vida del peregrino, ya que a las 22.30 de la noche seguian preparando
mochilas, haciendo ruido en la habitación, jugando a cartas, asi que
debimos imponernos un poco, apagando la luz y mandando a dormir a todo el mundo. Al depertar sorpresa, tormenta, no llovia en la zona pero los
relampagos alumbraban todo el campo, asi que decidi
poner el protector de la mochila y dejar el chubasquero en un lugar
cercano por si acaso. Iba muy tocado, como cada día, y ese dia iba terminar peor, ya os
contare.
Avanzamos
los cuatro, yo el ultimo como siempre, no podia alcanzarlos, tenia que desayunar ya!, meterle algo al cuerpo, recuerdo que
esa mañana solo me comi una barrita de cereales nada mas salir del
albergue, pasarón ocho kilometros hasta llegar a Palas de rei, al fin
desayuno!. Mi cafelito con leche, tostadas de pan de molde :( con
mermerlada, y por supuesto el ibuprofeno. El camino no era complicado, y
ahora si ya empezaban a funcionarme las piernas, ademas hoy teniamos
recompensa al final de la etapa, pulpito.
Yo (izquierda) y mi hermano (derecha) entrando en A Coruña
Ya era habitual encontrarse con grupos de peregrinos en vez de peregirnos indivuales, y sobretodo encontrarse con los turigrinos, con esas mochilitas solo cargadas con agua, que agotaban a la mas minima. Mientras más kilometros más cerca estabas de Melide se notaba mucho la afluencia de peregrinos, quizás sea una de las etapas más bonitas por paisajes verdes, pero se estropea al andar junto tanta gente, demasiada, se perdia la magia de las anteriores etapas.
José (izquierda) yo (derecha) en los últimos kilometros antes de llegar a Melide
Nos habian comentado unos peregrinos que ese fin de semana eran las
fiestas de Melide, vaya suerte la nuestra para descansar, y lo peor es que casi todo el mundo que nos ibamos
encontrando por el camino tenia el proposito de quedarse alli esa misma
noche. Avanzando, psaamos el camino por donde habian fuentes, al fin! Los ultimos kilometros se hacian pesados, pero una
vez entramos en el pueblo y vimos las pulperias la cosa se animo, ahora
habia que encontrar el albergue municipal al cual cuando llegamos habia
un monton de mochilas, el primero que veia tan repleto, por suerte
tuvimos sitio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario