La
mañana del segundo día en Kyoto arranco con la visita al parque de
Shoseien, y de dos de los templos que teníamos programados para el
primer día, pero con los retrasos llegamos cuando estaos debían estar
cerrados. Así que buscando nos adentramos en un unas bonitas calles de
la ciudad, y dimos con la primera muralla de una edificación antigua. Se
trataba del parque, y una vez entramos una señora nos llamo para que
escribiéramos nuestro nombre y después nos invito a que dejáramos un
donativo para la conservación del parque.
White House Hotel
Una
vez dentro nos quedamos realmente sorprendidos con la belleza del
lugar. Unos rincones verdes, con la brisa del aire que se juntaba con la
presencia del lago en el centro el parque, donde apetecía tumbarse en
ese cuidado césped y descansar un buen rato aprovechando la
tranquilidad. Al parecer en el jardín durante la época primaveral se
disfruta de la presencia de los árboles de sakura, así que seguro que
suele ser un lugar muy frecuentado.
Al
salir nos dirigimos hacia el oeste en busca del Templo Higashi
Hongan-ji, donde nos lo encontramos en obras, techado por una carpa
temporal durante su reconstrucción, así que tan solo pudimos ver una
parte del templo abierta, y aunque no pude grabar mucho en su interior
ya que se me acerco un hombre evitándome dejar grabar, algo conseguí.
Dimos una vueltas, y al fin llegamos a una salita de descanso donde
tomamos algo. Mientras descansábamos vimos como una chica no paraba de
mirarnos, hasta el punto de llegar a incomodarnos, no es muy normal que
alguien te siga la mirada en Japón, si os dais cuenta cuando vais
andando todo el mundo evita mirarte, por lo que notamos extraño que esta
chica estuviera mirando de frente, quizás sería la postura que debía
mantener.
Alrededores del Templo Higashi Hongan-Ji
Al
salir fuimos directos a ver el Templo Nishi Hogan-Ji, donde en su
interior estaba celebrándose un acto, allí estuvimos un rato viéndolo,
hay un video donde se puede ver, así que si alguno entiende de ello me
explicara que estaban haciendo, yo lo entiendo como ofrendas, pero no
estoy muy seguro.
Al
terminar dicha ceremonia salimos a dar una vuelta, sin un objetivo
claro, así que tomamos la dirección hacia la estación de tren, y de paso
nos acercamos a una farmacia, ya que estaba algo tocado, mi tos que
tuve durante todo el mes de Agosto no había desaparecido. Ya que
encontré una farmacia aproveche para entrar y pedir algún remedio para
aliviar, así es que averigüe como se decía tos en japonés, “kaze”, y
entre y se lo dije a una anciana que había allí, entonces me dio unos
sobres para ello, el problema es que no sabia cada cuanto debía tomarlo
xD. La farmacia totalmente diferente a lo visto aquí, aquello parecía
más un supermercado, porque solo faltaba la cesta al entrar. Luego dimos
una paradita en un combini a comprar algo para acompañar el
medicamento, y después un paseo en el que vimos nuestro primer instituto
japonés.
Al
final llegamos a un parque, se trataba del Umekoji, donde habían
familias con sus hijos, jugando al baseball, enseñándoles a montar en
bicicleta, de todo un poco vamos, pero nos sorprendió sobretodo la gran
cantidad de jóvenes que había con una camiseta roja, debía ser un
instituto, así que nos sentamos a descansar y a observar que hacían.
Primero estuvieron haciendo actividades deportivas, como andar cinco con
las piernas atadas, pero luego empezaron bailar, estuvo bastante
entretenido, ya lo podréis ver en los videos.
Grupo de jóvenes en el parque de Umekoji
Como desconocíamos la hora en la que iba a llegar Tonino y compañía a Kyoto nos fuimos al ryokan, antes pasando a comprar cosas para comer. Así estuvimos esperando un buen rato, y decidimos dar una vuelta a la estación para ver si lo veíamos por allí, pero no lo conseguimos, así que nos acercamos a recepción del hotel para ver si había otro español registrado, y nos dijeron que si, pero no eran ninguno de ellos.
Cuando ya nos íbamos a ir a ver el Fushimi-Inari para no desaprovechar la tarde, los vimos justo en el fondo de la calle. Así que los acompañamos a la habitación, y después comieron un arroz con curry. Al acabar decidimos ir a ver el edificio de Nintendo, cruzando la estación y pasando por los enormes pachinkos que hay en sus alrededores.
Tras una buena caminata nos pegamos para llegar hasta allí, pero el caso es que la tenia mal situada en la guía, y esto provoco chistes del tema brújula etc. Cuando ya lo íbamos a dar por perdido, o ellos, yo seguía con mi idea de encontrarlo, Chuck quería ir a un lugar de lanzamientos de golf, y así dimos con el edificio de Nintendo. Al encontrarlo fuimos directos a la entrada, y mientras Chuck iba hacia delante pasando de la caseta del vigilante el resto nos paramos a preguntarle si se podía visitar, el cual nos dijo que no, quizás si no hubiéramos dicho nada hubiéramos llegado a la puerta del edifico como mínimo. Al fin conseguí tocar esas paredes, ahora debo conseguir verlo de día :P.
Al salir fuimos al campo de golf, donde acabaron tirando bolas y más bolas, y armando tal escándalo que algunos japoneses acabaron riéndose. Lo que nos preocupaba es que Chuck no se cayera, ya que estábamos situados en la segunda planta, y una vez estuvo apunto xD. Tras que acabaran agotados fuimos de vuelta al ryokan, donde vimos por la calles a un grupo de chicas bailando en la calle.
Una
vez llegamos a la habitación Tonino se estiro, y no hubo manera de
despertarlo para salir a dar una vuelta, encima él y Lucho no tenían las
maletas, estaban a la espera que se las mandaran al hotel, donde Air
France les dijo que al día siguiente las recibirían. La preocupación
añadida es que no habíamos conseguido hacer entender al hombre que
estaba en la recepción que en la habitación que estábamos alojados Chuck
y yo, entraba ese día Tonino, así que este no contaba como registrado
en el ryokan, y no sabíamos si su maleta llegaría allí.
Al
final tan solo salimos los cuatro, fuimos en búsqueda de algo
interesante, una zona animada, pero la zona de la estación de Kyoto no
es un lugar de fiesta, todo estaba muy parado. Acabamos cenando una
patatas y un frankfurt en un combini tras estar caminando varias horas, y
es que ni restaurantes quedaban ya abiertos por donde íbamos. Así
termina otro día en japón.
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